Embalajes ESD

ESD son las siglas de Electrostatic Discharge o descarga electrostática. Se trata de un intercambio de carga eléctrica entre dos elementos con diferente potencial electrostático. Esto ocurre cuando materiales con distinta carga entran en contacto, por ejemplo, al caminar sobre un suelo de plástico, rozar ropa no conductora o desenrollar film o cinta adhesiva. El resultado es un breve e incontrolado impulso de corriente y energía. Aunque una persona solo perciba la descarga a partir de unos 3.000 voltios, los equipos electrónicos pueden sufrir daños irreversibles con tensiones tan bajas como 30 voltios. En la vida cotidiana, ejemplos comunes de ESD son los rayos durante una tormenta, el cabello erizado al quitarse un jersey sintético o la adherencia de un film de embalaje al cuerpo al retirarlo. Por eso, en entornos industriales y logísticos que manipulan componentes electrónicos, es esencial prevenir estas descargas mediante embalajes ESD y otras medidas de protección.

Proteger los equipos electrónicos frente a la carga electrostática es esencial, ya que una descarga ESD puede afectar de forma invisible a la funcionalidad y vida útil de los componentes. Los daños no siempre son inmediatos: en muchos casos, los efectos aparecen semanas o meses después, provocando reclamaciones, paradas de producción y costosas reparaciones. Para evitarlo, existen embalajes con protección ESD que garantizan un transporte seguro. Estos materiales poseen propiedades antiestáticas, que disipan la electricidad generada por fricción antes de que llegue a los componentes. Otros modelos incluyen una función apantallante, que ralentiza o bloquea el paso de la corriente y reduce drásticamente el riesgo de descarga. De este modo, las piezas electrónicas llegan a su destino protegidas y listas para su montaje o instalación. Todos nuestros embalajes ESD cumplen con los requisitos establecidos en la norma DIN EN 61340-5-3, asegurando una protección fiable y conforme a los estándares internacionales.